martes, 18 de octubre de 2016

Científicos humillados






     CIENTÍFICOS HUMILLADOS



Comerse un jarro de bacterias para probar un punto

Hasta 1979, se creía que la úlcera estomacal era causada principalmente por el estrés, ya que se desconocían las causas exactas de este síndrome.
Luego los médicos australianos Robin Warren y Barry Marshall, descubrieron la bacteria Helicobacter pylori, que justamente podía vivir en el estómago y causar úlceras y gastritis. Según sus investigaciones, era la causante de nueve de cada diez úlceras gastroduodenales.
Esto era un gran descubrimiento. Ya que si la úlcera era causada por una bacteria, ésta podría curarse con antibióticos y en pocos días. Sin embargo, la comunidad científica pensó que estaban completamente equivocados. Nadie les creyó. 
Primero, porque pensaban que el ácido estomacal era demasiado potente como para que una bacteria sobreviviera.
Segundo, en el momento del descubrimiento, Marshall aún era sólo un interno, que no se convertía en un médico con todas sus letras. Naturalmente, resultaba impensable que un simple interno pudiese curar una enfermedad que afecta al 10% de la población.
Por último, había un problema de locación: Perth, una ciudad australiana que no tenía mucha fama científica. Aunque la ciencia puede realizarse en cualquier parte, la comunidad científica está acostumbrada a que los grandes descubrimientos provengan de los principales centros de investigación y estudios.


En 1984 y dispuesto a comprobar ante el mundo que tenía la razón, Marshall, de 33 años y con un estomago perfectamente sano, se tragó 20 milímetros de un líquido que contenía un cultivo de esta bacteria (Helicobacter pylori), para horror de quienes lo rodeaban.
Una semana más tarde, el doctor tenía todos los síntomas de una gastritis y la biopsia reveló una infección por esta bacteria. Entonces comenzó un tratamiento de antibióticos y ¡sorpresa! desaparecieron los síntomas. Pudo comenzar entonces a comprobar su punto. 
Recién en 1994, el Instituto Nacional de la Salud aprobó que los antibióticos eran el tratamiento adecuado para curar las úlceras, ya que atacaba directamente a la bacteria que habían descubierto estos dos médicos y la cual muchos negaron por tanto tiempo.
En 2005, sin embargo, Marshall y Warren recibieron el Premio Nobel de Medicina por su trabajo. Tarde, pero llegó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario